La modelización multiescala de materiales ha evolucionado, en los últimos años, desde estudios académicos y de investigación de bajo Nivel de Madurez de Tecnología (o TRL, en sus siglas en inglés correspondientes a “Technology Readiness Level”), hacia su aplicación industrial para el diseño y la predicción de la vida de componentes, así como para el desarrollo de nuevos materiales. Así la metodología denominada “Ingeniería Computacional Integrada de Materiales (Integrated Computational Materials Engineering, ICME)” va más allá de la computación y de la verificación experimental de modelos, al incluir la “integración” y la “ingeniería”. Según Horstemeyer1 la ICME establece el puente entre dos o más modelos validados experimentalmente a través del cual se transfiere información de un código al otro. En el caso del diseño de nuevos materiales metálicos, o en el de la predicción de su degradación en servicio, la metodología ICME requiere la habilidad de integrar los modelos de materiales y procesos con las herramientas de simulación a diferentes escalas y con las reglas de diseño. Una de las principales componentes del éxito de una metodología ICME es, por lo tanto, la correcta integración entre diferentes escalas (experimentos y modelos) y diferentes disciplinas (ciencia de materiales, ingeniería, diseño, etc.) incluyendo una intensa y dedicada actividad experimental.